La cirugía protésica o de artroplastia consiste en la sustitución de una articulación dañada y dolorosa por una articulación artificial.
La causa más frecuente de dolor y deformidad articular es la artrosis (degeneración del cartílago en mayor o menor grado) pero también se puede presentar en enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, en otros procesos como la necrosis avascular (falta de aporte sanguíneo al hueso) problemas congénitos como la displasia o secuelas de enfermedad de Perthes, o también después de traumatismos, ya sea de forma aguda o por degeneración postraumática.
Consiste en la sustitución de la articulación de la cadera por un implante. Existen diferentes sistemas de fijación de la prótesis al hueso del paciente y diferentes pares de fricción (superficies en contacto para el movimiento). La elección del implante se hace e base a la experiencia científica para cada tipo de paciente y no es tan importante como la correcta colocación de la prótesis.
El implante se fija al hueso existente con un material de fijación, un cemento especial (PMMA). Su principal indicación es en aquellos pacientes con una mala calidad ósea que pueda predecir una falta de integración de un componente no cementado. A parte de la calidad del hueso existen otros criterios para la utilización de estos implantes dependiendo de la formación del cirujano. Existen Centros de gran prestigio mundial donde se cementan la amplia mayoría de los implantes de forma independiente de la edad o calidad ósea del paciente.
Se basa en un proceso de fijación biológica. Esto significa que presentan una superficie porosa que permite al hueso crecer hueso entre los poros y mantener la estabilidad del implante. Muchos implantes tienen un recubrimiento con componentes osteoconductores (hidroxiapatita) para favorecer la integración. Generalmente se precisa de un hueso con buena calidad aunque no es imprescindible. Su utilización también depende de la experiencia del cirujano con estos implantes.
Combinación de un componente de la prótesis fijado con cemento y otro no. Lo más frecuente es que el componente cementado sea el componente femoral y el acetabular sin cemento (prótesis híbrida) aunque menos frecuente, puede hacerse al revés (híbrida invertida).
Se refiere a las dos superficies que van a contactar para que se lleve a cabo el movimiento de la articulación.
El más frecuente es el Metal Polietileno (MP). La cabeza metálica del componente femoral se mueve sobre un inserto de polietileno. Actualmente para reducir el desgaste secundario a la fricción se utilizan polietilenos de haces altamente entrecruzados o polietilenos con vitamina E (antiaoxidante).
Cerámica polietileno (CP). La cabeza femoral de cerámica se mueve sobre un inserto de polietileno. Parece presentar mejores resultados en relación al desgaste que el MP.
Cerámica cerámica (CC). Tanto la cabeza femoral como el inserto son de cerámica. Se considera un par de fricción duro. Tiene menor desgaste pero su buen funcionamiento es más dependiente de la técnica. Se ha relacionado clásicamente con problemas de ruidos o de rupturas. Ambas complicaciones son actualmente menos frecuentes.
Es la sustitución de la articulación de la rodilla por un implante o prótesis. La mayoría de casos las prótesis de rodilla están fijadas al hueso del paciente mediante cemento (PMMA).
Lo más frecuente son las prótesis en que se substituye el cartílago de los tres compartimentos de la rodilla, fémur tíbia y rótula. Existen prótesis de rodilla para casos especiales en los que sólo está afectado un compartimento de la rodilla, son prótesis unicompartimentales.
Sustitución de la articulación de hombro por un implante. Pude sustituirse las dos superficies de la articulación (prótesis total) o sólo la del húmero (hemi prótesis). Existen opciones de prótesis de recubrimiento que respetan más el hueso del paciente y modelos especiales para la artropatía secundaria a la patología del manguito de los rotadores o para tratamiento de fracturas, prótesis invertidas.
La causa no traumática más común es la Artrosis glenohumeral
La artrosis glenohumeral (artrosis del hombro) aparece cuando existe un desgaste de la articulación, ya sea de origen degenerativo (edad) o secundario a un traumatismo. Característicamente, el paciente refiere dolor a la movilización tanto de manera activa como pasiva, a la que se añade un perdida de la función del hombro.
Las opciones de tratamiento van dirigidas a disminuir el dolor que presentan estos pacientes, siendo la única opción la implantación de una prótesis cuando el tratamiento del dolor no puede ser controlado de manera conservadora (no quirúrgica). Dependiendo de las características de la lesión que presente el hombro su traumatólogo escogerá la prótesis que mejor se adapte a su problema, ya que va ha depender de las características personales de la lesión la elección de la correcta indicación de una u otra prótesis.
La sustitución de la articulación del codo por un implante. Las indicaciones más frecuentes son las enfermedades sistémicas inflamatorias, las secuelas de traumatismos y la artrosis de codo. A nivel del codo también pueden haber prótesis parciales, o prótesis de cabeza de radio para fracturas.
La artrosis del codo puede aparecer tras un traumatismo o de causa degenerativa.
La perdida de la normal función del codo se percibe con clínica de dolor así como con una perdida de la función, que se refleja en una disminución del balance articular.
En el codo es especialmente importante conseguir una buena función sobretodo en flexión, ya que la limitación en este movimiento se percibe como una imposibilidad de poder utilizar la mano para actividades de la vida diaria tal y como son: comer, lavarse la cara, peinarse, etc.
El proceso degenerativo del codo sigue un curso evolutivo que, a través de su especialista en cirugía de codo le indicará cual es el momento de realizar la intervención, ya que las opciones quirúrgicas que se pueden ofrecer van a depender de la fase de degeneración articular en la que se encuentre, que van desde la opción más conservadora a la opción más completa.